sábado

Romance del País que no Conocí









R
omance del País que no conocí.


No conocí el paisito de donde tú llegabas:
lo busqué en cada mapa pero no figuraba.
Por eso, al ver tus ojos yo me lo imaginaba

como un río celeste oleando en sus mañanas.
(¿fue el río el q te puso de agua la mirada,
y esa manera dulce de apoyarla en la nada?)
No conocí el paisito de donde tú llegabas:
por eso, al oir tu risa yo me lo dibujaba
con una torre alta, henchida de campanas.
(¿fue allí donde aprendiste a alzar la carcajada

y ese modo de darla sonora, larga, clara?)
No conocí ese paisito de donde tú llegabas:
Toqué tu piel y dije: -viene de donde se ama.
Por eso fui tu amiga: de puro equivocada,
que hoy sé que no habia río, ni torre, ni campanas...
Fuiste un sueño apenitas y era yo quien soñaba.
Tan sólo habia tu pecho con la puerta cerrada,
sin rincón de caricias, sin paloma anidada,
sin lugar para un beso, sin luces ni guitarras.
Por eso no podias sentir que me hacias falta
ni beber de a poquito el color de mi lágrima.
Por eso no podías atarte a mis palabras,
la mitad entre risas, y la otra, lloradas.
En vano tantos versos, de siesta amanzada.
En vano tantos versos, mi silencio extrañabas.
Por eso, sin siquiera decirme qué pasaba
en un día cualquiera me dejaste olvidada.
Qué triste es despedirte, pasajero de mi alma...
Tu recuerdo me sigue como pájaro en llamas.
No podías quererme. Hoy lo entiendo y me daña
pero sé que es la vida la que anuda y separa.
No conocí el paisito del que te despegabas
ni tampoco tú el mio, coloreado de infancia.
¿A quíen culpar entonces de estas cosas que pasan?
Me llevo mi solcito: le sobra a esta nevada.
Mi ultima muñeca mira y no entiende nada.
Mi ultima inocencia es lágrima en la almohada.
Yo apago los reproches como apago mi lámpara
mientras una certeza se enciende en la madrugada.
No pudiste quererme. Eso es todo. Qué lástima...
Ahora sí, CHAU MARIANO.

Elsa Bornemann



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