Hoy recibe los aplausos.
Supo ser sal y también miel
y conecta con sus pasos
que resbalar no cae bien.
Terminó su guerra
los pies en la tierra,
y su mano a un corazón.
Su pensar tranquilo
su pena un olvido
y su alma una pasión.
Hoy asume lo que venga
sea para bien, o todo mal.
Y aunque pierda lo que tenga
se va a morder para aguantar.
Su paciencia va a montar
todo un circo para verlo desfilar
al dolor que supo ser
y al que ahora
ya no quiere ver volver.
Se refugia en un farol
y entre dos flores que siempre apuntan al sol
así cruza su pared
me sonríe y rompe con su propia red.
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