A veces, solo a veces, cuando estoy sola y reflexiono sobre muchas cosas que tengo o me gustaría tener o me gustaría no tener, caigo en cuenta de la pobreza espiritual que padecí y que a veces sin querer padezco, me caigo sobre mi, lloriqueo y me pregunto ¿Qué es lo que estoy haciendo mal?. Cuando la respuesta me duele tanto que no quiero escucharla suelo esconderme y ser la cobarde que más odio y cuando más me odio más me encuentro real, más me veo con el delineador corrido, con las uñas sin pintar y más digo:
...Que se sienta, que se escuche, que se vea tu presencia...
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